Un saludo en esta primera entrada.
La razón de este nuevo blog es que he comenzado un camino como editora independiente. Está bueno ser independiente. El estado de "en relación de dependencia" marca con el signo de la alienación: adoptamos el discurso del otro, nos comprometemos a seguir un camino de una sola vía: la del dueño de la Editorial, que se llama, claro, "editor". Pero que de edición sabe... el mercadeo. En dichas circunstancias, se acalla la voz interior que nos dice que no vamos en la dirección correcta, y violentamos nuestros principios, y nos encerramos en la rutina "no me gusta lo que hago pero tengo un sueldo seguro a fin de mes" (esto último, lo sé, no es poco).
Hasta que llega el día en que uno no soporta más. De veras que no. Y da un portazo. Y dice que cómo se atreven a adjudicarle a uno el fracaso por la inoperancia. Y decide no regalar (sí, el sueldo a fin de mes está bueno, pero ¡es ínfimo frente a lo que uno pone en juego!) el talento, la dedicación, las ideas... Y se va. Se va con el miedo, la frustración, el cansancio. Sobre todo el cansancio. Buscando el camino propio, se va uno. Pensando si desbarrancará o verá un horizonte más amplio, un aire más puro, una libertad...
Aquí estoy. Empezando. Esto es un paso tan mínimo. Pero es un paso.
¡Bien, amiga! Adelante. Ningún paso es mínimo... siempre es un avance. No dar pasos es estancarse, quedarse, olvidarse. Dar pasos es ir. Te acompaño, ¿querés?
ResponderEliminarSilvine, un saludo desde Ciudad de México. Veo que empiezas esta labor, me agrada. Me divierte encontrarme con terminología de casa. Seguiré tu blog. Te conocí hoy en FB por medio de los comentarios para el congreso de corrrectores de estilo que se llevó a cabo en Argentina.
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