Jorge Luis Borges, Américo Castro y Amado Alonso en torno al idioma de los argentinos
Miranda Lida
Universidad Torcuato Di Tella / Universidad Católica Argentina / CONICET
El artículo se concentra en estudiar los debates en
torno a la concepción de la lengua nacional en la
Argentina, a la par del establecimiento del Instituto
de Filología a partir de la década de 1920. Asimismo,
sitúa estos debates en la sociedad y la cultura de
la época. Explica, por otra parte, el modo en que
incidió el arribo del peronismo al poder sobre el
Instituto de Filología, la Universidad de Buenos
Aires y la propia concepción de la lengua nacional.
Palabras clave: Filología argentina - Amado Alonso
- Peronismo - Universidades
I. Definición del problema
A fines del siglo xix, se volvió un lugar común en buena parte de los países occidentales que se comenzara a definir la nación a partir del criterio de la lengua, un rasgo homogeneizador que cobraba extraordinaria fuerza en poblaciones cada vez más alfabetizadas e integradas a la modernidad. Así, las naciones modernas, en su preferencia por un determinado idioma nacional, terminarán por someter a centenares de otras lenguas que no llegaron a alcanzar aquel mismo rango al casi indigno puesto de dialecto. Aquel que no hablara la lengua nacional quedaría rebajado al estatus de ciudadano de segunda; en cambio, aquel que realizara su
aprendizaje, podría ver alcanzada con más facilidad cualquier expectativa de ascenso social.
Una lengua nacional tiene prestigio por el solo hecho de serlo: está en los libros de texto que se enseñan en la escuela. Mientras tanto, las demás quedan relegadas, por más que sean habladas por poblaciones numéricamente significativas. Tan sólo les quedó la alternativa de convertirse en objeto de una enconada resistencia cultural o lingüística. En este contexto, los combates por la lengua y la cultura bien pudieron politizarse.
Folkloristas, hombres de letras y filólogos fueron partícipes de estas lides; el auge que encontró la filología a fines del siglo xix no es casual. Hay incontables ejemplos de estas luchas entre los nacionalismos culturales emergentes de Europa central a finales del siglo xix, cuando tanto el Imperio Ruso como el Austrohúngaro mantuvieron sometidas lenguas y culturas que anhelaban convertirse en
verdaderas naciones.
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(Fuente: InfoEditexto)
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