Un sitio donde se muestra cómo los textos pueden convertirse en libros (de papel o digitales). Para pensar y dejar en evidencia que la edición es un proceso invisible que, al final del camino, muestra resultados concretos, buenos o malos. Para mirar esos momentos "invisibles" de la edición de textos. También: Asesoramiento personal. Cursos. Noticias de la actividad. Opiniones comprometidas.
jueves, 24 de noviembre de 2011
miércoles, 2 de noviembre de 2011
The Danger of E-books
advance offers business an opportunity to impose new restrictions on the public. Technologies
that could have empowered us are used to chain us instead.
With printed books,
• You can buy one with cash, anonymously.
• Then you own it.
• You are not required to sign a license that restricts your use of it.
• The format is known, and no proprietary technology is needed to read the book.
• You can give, lend or sell the book to another.
• You can, physically, scan and copy the book, and it's sometimes lawful under copyright.
• Nobody has the power to destroy your book.
Contrast that with Amazon ebooks (fairly typical):
• Amazon requires users to identify themselves to get an ebook.
• In some countries, Amazon says the user does not own the ebook.
• Amazon requires the user to accept a restrictive license on use of the ebook.
• The format is secret, and only proprietary user-restricting software can read it at all.
• An ersatz “lending” is allowed for some books, for a limited time, but only by
specifying by name another user of the same system. No giving or selling.
• To copy the ebook is impossible due to Digital Restrictions Management in the player.
and prohibited by the license, which is more restrictive than copyright law.
• Amazon can remotely delete the ebook using a back door. It used this back door in 2009
to delete thousands of copies of George Orwell's 1984.
Even one of these infringements makes these ebooks a step backward from printed books. We
must reject ebooks that deny our freedom.
The ebook companies say denying our traditional freedoms is necessary to continue to pay
authors. The current copyright system does a lousy job of that; it is much better suited to
supporting those companies. We can support authors better in other ways that don't require
curtailing our freedom, and even legalize sharing. Two methods I've suggested are:
• To distribute tax funds to authors based on the cube root of each author's popularity.
(See.)
• To design players so users can send authors anonymous voluntary payments.
Ebooks don't have to attack our freedom (Project Gutenberg's ebooks don't), but they will if
companies get to decide. It's up to us to stop them. The fight has already started.
Copyright 2011 Richard Stallman
Released under Creative Commons Attribution Noderivs 3.0.
miércoles, 26 de octubre de 2011
Causa abierta: La cuestión RAE y su honestidad intelectual
martes, 18 de octubre de 2011
¿Qué es un editor?/2
(Una compañera de trabajo me hizo algunas preguntas para un trabajo práctico; transcribo aquí mis respuestas.)
-¿Qué hace un editor? ¿Cuál es su función?
Varias tareas, de un amplio rango. Selecciona libros para publicar, ya escritos, o los encarga. Diseña (conceptualmente) colecciones en las que puedan incluirse esos libros. Supervisa la escritura y/o la corrección (en ocasiones, también debería confeccionar un “Libro de estilo” propio de la editorial en la que trabaja, si ésta no lo tiene). Colabora (siempre conceptualmente) en las decisiones respecto de títulos, formatos, cantidad de páginas, tipografías, diseño de tapas, etc. Escribe o supervisa la redacción de contratapas y solapas. Es nexo entre los autores y los diseñadores, y luego entre el producto final (el libro) y los vendedores, los encargados de prensa, los libreros, etc.
(También, a veces, se llama editor al dueño de la editorial, pero en este caso sólo cumple las tareas que involucran decisión, y delega las otras a los editores en el primer sentido de la definición, redactores, correctores, etc.).
Editor (inglés editor) puede ser también lo que en castellano se llama compilador, coordinador, director, etc.; es decir, alguien que reúne varios textos en un mismo libro, generalmente junto con una introducción y notas. O quien da forma a un libro clásico, con su respectivo aparato crítico (por ejemplo, editar el Quijote, la Divina Comedia, etc.).
-¿Qué aspectos de su profesión motivan a una persona a querer ser un editor?
Básicamente, la idea, el deseo de “hacer libros”, completos, desde lo conceptual a lo material. (El libro es un extraño objeto de amor, de pasión; fetichista, por supuesto.)
- Cuando Ud. elige esta profesión, ¿tiene en mente ser autor? En general, ¿se elige esta profesión por sí misma o como un paso intermedio para llegar a ser autor?
No es mi caso; soy autor desde antes de ser editor. Pero lo otro supongo que puede darse también, aunque me parece un camino demasiado complicado para llegar a ser autor...
- ¿Cuáles eran sus expectativas al comienzo de la carrera? ¿Cuáles se cumplieron y cuáles no?
Las expectativas tenían que ver con hacer buenos libros (me reservo la definición de lo que sería “bueno” para mí, y no es que lo tenga demasiado claro). Esto sólo se puede cumplir en un porcentaje relativo; a veces los libros son buenos en su contenido pero no en su forma, o al revés; a veces tienen éxito de venta libros que uno detestó hacer, o al revés. Hay de todo.
- ¿Cómo sería el perfil de un perfecto editor? ¿Cuáles deberían ser los factores externos que permitieran el desarrollo de un perfecto editor?
Ay, ay, ¡“perfecto” no hay nada! Contra lo que opinan muchos colegas, para mí el editor debe tener una amplia cultura general y lingüística. Debe saber más que los redactores y los correctores (para supervisarlos bien), y bastante de diagramación también, para saber las posibilidades que hay (ni inventar la pólvora ni pedir imposibles). Conocer el “mercado”, muchas librerías (incluso de viejo, para robar ideas de las épocas doradas de la edición...), muchos autores, tendencias, etc.
Los factores externos van desde una adecuada preparación profesional (teórica y práctica) hasta la estabilidad económica que permita un buen equilibrio entre lo seguro y lo arriesgado. Nada de esto existe hoy.
- ¿Qué se siente cuando se tiene el poder de decidir no sólo cómo va a salir un libro sino que también se tiene el poder de decidir qué es lo que la gente va a leer?
El editor sólo decide una parte (bastante quizás) de la forma final del producto, y casi nada sobre lo que la gente va a leer. Esto lo decide el “mercado”, es decir, la misma gente; una especie de círculo vicioso. La relación con ese supuesto poder cada uno la maneja como puede; yo no tengo tiempo de sentirme con poder.
- ¿Cuál es el límite que divide el error conceptual, la falta de precisión o la claridad del estilo propio de un autor?
El error conceptual no puede formar parte de ningún estilo y no debe ser tolerado. Es la parte más difícil quizás de la tarea del editor, y lo ideal sería que hubiera personal especializado para captar ese tipo de error (hay editores de psicología, de política, etc.). La tolerancia respecto de la falta de precisión o de claridad depende del tipo de libro; ciertos estilos literarios se construyen de esa manera y no pueden ser modificados. En libros de interés general, la claridad es obligatoria.
- ¿Cómo se negocia con el autor?, ¿se debe respetar su estilo aun cuando vaya en detrimento la comprensión del lector?
Depende del libro y del autor. En la gran mayoría de los casos, el autor también está interesado en llegar al lector de la mejor manera posible, pero a veces no está en condiciones ―emocionales o intelectuales― de aceptar críticas o correcciones. El editor debe tener mucha paciencia (y autoridad) para hacerle ver sus errores y la mejor manera de enmendarlos, en función de un objetivo común.
Esto también contesta la segunda parte de la pregunta: el estilo literario debe ser respetado porque es parte integral del valor del libro (en todo sentido).
- ¿El desarrollo o la evolución de una editorial depende exclusivamente del editor?
No, el editor, tal como lo estuve definiendo, es un engranaje más. Los otros (márketing, diseño, ventas, prensa) son tan importantes como él. Por lo menos, en la actualidad. Otra cosa es el editor-empresario; está claro que, en este caso, sin él, no existiría la editorial.
Muchos libros, es difícil elegir uno. Seguramente: Cien años de soledad, de García Márquez; La vida breve, de Juan Carlos Onetti; Rayuela, de Julio Cortázar; Pedro Páramo, de Juan Rulfo; Yo, el supremo, de Augusto Roa Bastos (que acaba de morir). Muchos. Sobre todo, latinoamericanos.
- ¿Cuando lee un libro, es posible dejar de lado al editor y ser un simple lector?
Sí, en general sí... salvo que el libro en cuestión esté muy mal editado y forzosamente se me ocurran cambios que haría o hubiera hecho. Más difícil es dejar de ser “corrector” y contenerse de remarcar los errores de los libros que leo "fuera" del trabajo.
- ¿Que puntos importantes se deben tener en cuenta a la hora de elegir un libro para editar?
Eso depende de determinaciones previas y ajenas al editor. Hay líneas editoriales, más o menos amplias, que se deben seguir obligatoriamente. Primero que nada, el libro debe ser o hacerse vendible. Después, hay requisitos de tipo ideológico, por ejemplo. O elementos como la longitud, la claridad, etc. Pero todo lo que sea “formal” se puede arreglar; lo central es que el libro tenga las condiciones para publicarse en esa editorial en particular.
- ¿Qué cree que siente un autor cuando el editor rechaza su libro? ¿Cuáles son los fundamentos apropiados para rechazarlo?
Frustración, claramente. (Es lo que he sentido yo como autor.) El único fundamento que se debería dar es respecto a la no adecuación del libro a la línea editorial. Claro, si el editor tuviera el tiempo necesario, podría ponerse a dar su opinión personal sobre el libro, consejos al autor para reformularlo, etc., pero esto no es del todo correcto. No se trata de un taller literario, y otro editor podría tener otra opinión, muy distinta. Creo que el editor no tiene que ceder a la tentación de un diálogo “pedagógico” con el autor postulante; esto puede volverse interminable o terminar mal.
- ¿Cuáles fueron los momentos más satisfactorios e insatisfactorios de su profesión?
Los más satisfactorios tienen que ver con la elección de un buen libro (bueno para uno) y la posibilidad de seguir el proceso de su producción hasta que esté “en la calle” y sea leído, más o menos, por el público. Tener que editar libros “malos” o meramente comerciales, o muy mal escritos desde el origen, es insatisfactorio, frustrante. Que un libro en el que uno puso mucho trabajo salga con errores (por apuro, por ineficacia de otros) también es malo. O que no sea suficientemente difundido.
Sobre las erratas
Como al hombre no le es dable vivir sin errores, nos movemos entre ellos durante toda nuestra existencia; sin embargo, no los aceptamos y nos sentimos molestos cuando ocurre. De equivocación en equivocación sufrimos la vida, pues creemos que todo nos resulta distinto a lo previsto; desde ángulos más optimistas sería mejor amoldar nuestro modo de pensar (y perdonen si es confutación) a filosofías fatalistas, manera de contentarnos con el producto bueno o malo que el azar depare a nuestras aspiraciones. El preconcepto de considerar siempre como error lo que no llena los deseos es quizá el mayor de todos los errores.
Luchar contra el destino, y esto es casi lo mismo, es para muchos rechazar la voluntad de los dioses. Pero hasta los dioses se equivocan, pues las mitologías desbordan en narraciones colmadas de yerros. También la historia de tiempos pretéritos y la presente trasuntan desaciertos, y las acciones de hombres y pueblos, inadvertencias y descuidos. De toda esta confusión sólo queda algo positivo, la experiencia, resultancia o producto entre lo proyectado y lo ocurrido. Es cosecha de verdades, aunque sean imperfecciones o exactitudes.
Dejemos los errores para pasar a la forma de ellos que hoy nos interesa, la ERRATA, inventada por los hados para carcomer la conciencia profesional de escritores e imprenteros y por cuya implacable aparición sufren los correctores. Estos demonches traviesos se ocultan entre las letras, palabras y frases, y viven por todos los planos de las hojas impresas si no se les ahuyenta a tiempo.
Es el corrector oficio de mérito y responsabilidad, requiere conocimientos amplios para llegar a ser de los buenos. Pero además deben poseer cualidades para sostenerse con paciencia entre los escritores que inventan palabras, desajustan términos, entreveran frases y castigan la gramática, y también tipógrafos y linotipistas distraídos o cansados.
Son muchos los autores de pluma ligera que pasan por olvido vocablos de dudosa ortografía, o aquellos impulsados en el torrente desbordante de ideas que ponen poco cuidado en la construcción de la frase o conjugan mal un verbo. Los hay inventores de voces, o repetidores, insistentes en el uso de pronombres, conjunciones, artículos y adjetivos, pero no exageremos sin recordar que el magnífico Cervantes, señor de nuestra lengua, utilizó para el Quijote entre otras muchas, las palabras y cantidades siguientes: 21.797 "QUE"; 21.435 "LA"; 18.418 "DE"; 18.007 "Y" y 10.796 "EL", eso sí en un total de 378.486.
Tenemos en nuestro idioma español tantas formas de decir las cosas, de darle fluidez, encanto, tergiversar, eludir, suplantar, alambicar, extender y abreviar como en ningún otro. A ello sumamos sinónimos, semejantes, equivalencias, modismos, frases hechas y refranes, inacabables serpenteos que confunde al más apto y que permite a la mayoría que escribamos sin mirar mucho la gramática, que al fin no son los puristas los más leídos aunque sí los mejores descifrados.
Como todo oficio, el de corrector posee cualidades específicas y reglas de precisión que infelizmente no dominan los autores y por ello las omiten cuando revisan galeras; cada clase de equivocación tiene el correspondiente signo que acompaña a las salvedades, pero ¿cómo pueden manejar los ajenos esos intrincados ganchos, líneas, círculos y raras formas para ajustar cada clase de errata, interpolación, sangría, blancos y demás? Algunas veces se entablan pugnas entre autor y corrector por distintas interpretaciones de homónimos; en esas oportunidades se suma una corrección a otra, y van y vienen las pruebas con tachaduras cada vez más fuertes que denotan el enojo de ambos.
Las equivocaciones lamentables son frecuentes, ocurren en los títulos, cabezales y lugares destacados, letras de cuerpo mayor difíciles de abarcar en un solo golpe de vista. Tenemos en este bagaje otra clase de erratas: líneas invertidas, repetidas, torcidas, letras de distintas familias, rotas, mal espaciadas... Y los hay peores: libros sin portada, omisión del nombre del autor o del título de portada, mal fechados, paginación alterada, pliegos transpuestos y no queremos entrar a desmenuzar el noble arte de la tipografía en todo lo que tiene que ver con distribución de párrafos, capítulos, blancos, eliminación de calles e infinitos aspectos conducentes a embellecer los impresos.
Llegando el libro terminando a manos del autor, éste -con preocupaciones que ya no caben en perfeccionamiento- lo revisará minuciosamente en un acto de inquietud y penoso desasosiego. Cada errata será amarga, muy amarga por insalvable. Mas triunfando la responsabilidad aparece el remedio: la "Fe de erratas", la erudita "Corrigenda" o de manera menos comprometedora las "Erratas notadas", a veces "Erratas notables". Modestas maneras, estas dos últimas, de admitir que existen otras. Esta hojita final no es carta de recomendación.
Los impresores españoles suelen denominar a la "tabla de correcciones", "TABLA DE HUMILLACIONES". La errata se llama también MENTIRA O MOSCA. Si proviene del autor, con algo de indulgencia le decimos LAPSUS CALAMI; si del linotipista, MOCHUELO.
Historiadores de la imprenta, bibliófilos, entendidos aceptan la errata y hasta se distraen con ella; las coleccionan y forman libros. A este respecto es interesante la obra del austríaco Max Sengen, quien nos divierte con ejemplos de escritores famosos, para muestra el siguiente: "Con un ojo leía, con el otro escribía" (A orillas del Rin, de Aubrack).
La equivocación más antigua dentro del ciclo del libro impreso data de 1457, pertenece al Psalterium llamado de Maguncia, editado por Juan Fust y Pedro Schoffer; al finalizar la última página, explican que la obra se realizó mediante el arte de la imprenta y no copiándolo a mano. En ese colofón puede leerse "Pns Psalmor codex..." (sin abreviar, "Praesnens Psalmorum codex"...).
Las erratas en los libros son anteriores a la invención de la imprenta y siempre acompañaron a la escritura. En Roma los copistas solían equivocarse, por eso ya existían correctores, los cuales dejaban constancia de su labor en notas escritas adjuntas al texto revisado. En los códices del medioevo son comunes los errores y
éstos pasaron sucesivamente a nuevas copias integrándose como formas sanas del texto; a pesar de las depuraciones que de tarde en tarde realizaban los eruditos, sus esfuerzos no fueron siempre felices.
Algunos autores sostienen que la "errata" desempeñó papel importante en la invención de los tipos movibles; las planchas xilográficas de las primitivas ediciones, cuando sufrían errores, obligaban a extraer el trozo equivocado para reemplazarlo por otro con la enmienda, lo que condujo a la idea práctica de dividir el texto a la mínima expresión de la escritura, o sea, letra por letra.
Como ejemplo del esforzado trabajo imprenteril, citamos aquí la obra escrita en catalán Rudiments de tipografía pers als educands de l´escola obrador del grup benefic (Barcelona, Patronat d´Assiténcia Social, MCMXXXIV), de Luis Badía I Ferrer, destinada como lo expresa el título a la enseñanza de la tipografía; este libro se halla acompañado de su tabla "errades sobresortints" detallando nada menos que veinte equivocaciones.
Seguro ha sido que el futuro no tomó de sorpresa a los aprendices. Bueno es entonces repetir el proverbio latino IN ARDUA VIRTUS.
Yerros
domingo, 16 de octubre de 2011
Del lado de allá
(Prólogo al capítulo “El meridiano intelectual de Hispanoamérica”, en Marcela Croce ed.: Polémicas intelectuales en América Latina....
jueves, 13 de octubre de 2011
miércoles, 12 de octubre de 2011
El síndrome de Frankfurt
(sigue en Borradores finales)
lunes, 10 de octubre de 2011
Frankfurt/Fráncfort
El pabellón argentino albergará este año más de 30 editoriales
sábado, 8 de octubre de 2011
La querella de las comillas en Roberto Arlt
(sigue en Borradores finales)
viernes, 7 de octubre de 2011
La mediación editorial: una instancia denegada
(sigue en Borradores finales)
Sony Reader
Desventajas
1. Se "cuelga" con cierta frecuencia, sobre todo después de cargarlo por USB. Dicen que puede ser por: a. No cargarlo con el dispositivo de pared (no viene de fábrica, hay que buscar uno de Play). 2. Alguna incompatibilidad entre Calibre y Reader Library (programas para gestionar).
Lo malo del cuelgue es que hay que reformatear la memoria casi
siempre. Y así se pierden ciertas cosas, sobre todo las notas.
Apotegma para cualquier gadget: el botón de "reset" es un mal
augurio.
jueves, 6 de octubre de 2011
El ocaso de la corrección
miércoles, 5 de octubre de 2011
Liber - Feria Internacional del Libro - (Madrid, 5 al 7 de octubre)
Ya adelantamos que Liber / Feria Internacional del Libro se celebrá en Barcelona del 3 al 5 de octubre del 2012.
Pero hoy, 5 de octubre, dio comienzo la Feria Internacional del Libro / Liber, que tiene lugar en Madrid. Finalizará el 7 de octubre. Tres días para recorrer el pabellón donde funciona, hacer tratos, interiorizarse de "lo último en tecnología" y estar, estar, estar. Si alguien quiere compartir la experiencia... ¡La experiencia! Que no hablamos de los hallazgos, los contactos ni el gran negocio. Bienvenidas sean anécdotas, reflexiones y opiniones. Gracias anticipadas.
Para informarse más, aquí.
Liber 28.º Feria Internacional del Libro
Edilandia anticipó que daría informaciones sobre la Feria de Frankfurt "como si estuviéramos allí". Pero anticipándonos aún más, vaya este anuncio sobre la que se celebrará en Barcelona del 3 al 5 de octubre del 2012.
Son Ferias diferentes a las nuestra de Buenos Aires, que se destaca por la participación de un público que nunca deja transitar sus alfombrados pasillos: son breves y muy centradas en los "negocios" de compra de derechos y otras transacciones. Ferias que suscitan la frase "hay que estar". Editores que buscan "los musts", algunas ideas y, especialmente, "esos" contactos...
Enlace al sitio oficial aquí.
El caso Ricardo Soca explicado por Silvia Senz
Enlace para leer aquí
martes, 4 de octubre de 2011
Frankfurt 2011
¡Trataremos de informar como si estuviéramos desde allá!
Pósteres de este año.
Ir al sitio oficial de la Feria.
lunes, 3 de octubre de 2011
Artículo de Silvia Senz sobre "el español global"
En Addenda e Corrigenda, Silvia Senz Bueno publica un extracto del capítulo 6 de su libro de próxima aparición (El dardo en la Academia) dedicado a la expansión y explotación del "español global".
Muy pertinente su lectura a propósito del "affaire Soca" (ver entradas anteriores).
Para leerlo completo, aquí.
Planeta/RAE vs. Ricardo Soca
La RAE nos obliga a retirar servicios del portal
Castellano - La Página del Idioma Español = El Castellano - Etimología - Lengua española
Por favor, oír la comunicación telefónica con Planeta, no tiene desperdicio.
Nuestra solidaridad con don Ricardo.
Polémica
Los libros argentinos, que son más baratos que los españoles, ¿se exportan a España con la misma facilidad con que los libros españoles se importan a la Argentina?
Esto se pregunta Jorge Fondebrider en el Club de Traductores Literarios de Buenos Aires.
Ver.
Datos para entender qué está pasando.
domingo, 2 de octubre de 2011
5.ª Feria del Libro Social y Político
Más datos y programa completo en el portal Educ.ar.
Herralde
Bolaño, Copi y Carver… Se quedó con las ganas de tener a Borges, pero se desquitó publicando casi todo Nabokov, uno de sus escritores favoritos. El legendario editor español dialogó con Ñ digital en una de sus primeras entrevistas luego de anunciar la venta de Anagrama a la italiana Feltrinelli.
Nota completa en revista Ñ.
sábado, 9 de abril de 2011
Nueva propuesta de talleres "a medida"
Talleres o encuentros personalizados
para encontrar respuestas a problemáticas específicas
Proponemos un tipo de reuniones o talleres en el que los participantes sean quienes propongan las temáticas o planteen los problemas específicos que buscan solucionar.
Entonces, abrimos un abanico de horarios y posibilitamos consensuar honorarios, para lograr efectividad en tiempos y costos adecuados para ambas partes (participantes y coordinadores).
Estos talleres o encuentros pretenden evitar introducciones y se enfocan en desatar el nudo para llegar al desenlace con la mayor celeridad posible, sin descuidar exhaustividad ni calidad académica.
Haremos énfasis en la parte práctica, pero contemplamos la necesidad de tener a mano la base teórica, provista por una bibliografía siempre puesta al día.
Nuestro aval proviene de nuestra formación, largos años de búsquedas e investigación, y mucha experiencia en la producción textual en todos sus aspectos.
Dirigido a:
1. Traductores.
2. Correctores que acaban de egresar de la carrera y se preguntan “y ahora, ¿dónde aplico lo aprendido?”.
3. Especialistas que quieren “convertir en libro” sus investigaciones, tesis, monografías.
4. Alumnos de distintas carreras que tengan problemas para organizar y redactar sus monografías, tesis, investigaciones.
Objetivos:
1. Brindar asesoramiento teórico-práctico para encontrar soluciones a problemas específicos en el campo de la redacción y la corrección de textos.
2. Ofrecer a los interesados la posibilidad de acordar horarios y convenir aranceles para cumplir el objetivo 1 de acuerdo con los propios intereses y necesidades, para un mejor aprovechamiento de los recursos que ponemos a disposición de quienes recurren a nuestro espacio.
3. Dar un ámbito flexible que acorte tiempos y permita la retroalimentación permanente, incluso a través del uso de los medios electrónicos para una comunicación efectiva.
lunes, 21 de marzo de 2011
Taller: Mecanismos de la corrección y edición de textos
Los mecanismos (invisibles)
de la corrección y la edición de textos
(Reflexión y práctica)
• Docentes a cargo:
Silvia Inés Tombesi: Profesora en Letras (Universidad de Buenos Aires). Enseñó idioma español y literatura hispanoamericana hasta el 2000 en nivel secundario y universitario (CBC). Ha realizado corrección y edición general, y redacción de textos para numerosas editoriales, en especial, con orientación en la pedagogía y la enseñanza, tanto de Lengua como de Ciencias Sociales; “redactora fantasma” y autora con seudónimo. También traduce del inglés, el francés y el portugués, y supervisa traducciones de dichos idiomas al español. Ha sido editora general del sello Saga Ediciones® y de Lumen-México (Grupo Editorial Lumen). Autora de diccionarios de lengua española, de español-inglés, enciclopédicos, y de sinónimos y antónimos, editados y reeditados, en especial, por el Grupo CLASA y Latinbooks, que los distribuye en toda América latina y países de habla inglesa. Con Pablo Valle, creó “La página del corrector”. En 2004, publicó E-mails del cielo para mujeres, y en 2008, Sabiduría de Oriente para negocios.
Pablo Valle: Profesor en Letras por la Universidad de Buenos Aires. Enseña Semiología y Análisis del Discurso en el Ciclo Básico Común, y Problemas de Literatura Latinoamericana en la Facultad de Filosofía y Letras.
También fue crítico de cine (en la revista La Vereda de Enfrente), corrector, redactor periodístico, traductor y escritor fantasma. Ha publicado Simulacros (cuentos, 1985), Ángeles torpes (novela, 1995), y tiene dos novelas inéditas, Los crímenes de la calle Barthes (1996) y La carta de Rozas (2001).
Se ha desempeñado hasta la fecha como editor general del Grupo Editorial Lumen. Ahora es editor independiente.
Autor de los libros Guía para preparar monografías (con Ezequiel Ander Egg, varias ediciones) y Cómo corregir sin ofender, este último dedicado a la problemática de la corrección de estilo en todos sus aspectos.
• Objetivos: 1. Reproducir el proceso de la corrección y la edición del texto redactado o traducido en todas sus etapas, y reflexionar sobre su importancia. 2. Distinguir las diferentes instancias y el contexto en que se realizan la corrección y la edición, para lograr un resultado eficiente. 3. Conocer y aplicar los distintos recursos teóricos y prácticos de que se dispone para corregir y editar un texto.
• Temario: Las acciones y los actores de la corrección y la edición en el proceso de producción de textos.
I. Quién corrige o supervisa.
El perfil del corrector y el editor.
II. Qué se corrige o supervisa.
Tipos de materiales que se presentan al corrector o el editor. El proceso de la edición desde la prueba de galeras hasta el armado para la publicación. Se realizarán la lectura y el análisis de ejemplos “reales”.
II. 1. El caso especial de la corrección o revisión de traducciones.
II. 1. 2. Con el original a la vista.
II. 1. 3. Sin original a la vista.
III. Qué acciones se realizan.
Análisis, descripción y reproducción en el taller, sobre ejemplos “reales”, de las operaciones propias de la corrección, la supervisión y la edición de textos.
III. 1. La corrección de pruebas (proof reading).
III. 2. La corrección de estilo (copy editing, copy-reading, copy reading).
III. 3. La corrección de concepto: la lectura realizada por el experto en la materia que atañe al contenido.
III. 3. 1. Las operaciones del editor: titulación, orden de materiales, disposición, sugerencias para la diagramación, reescritura.
III. 4. La corrección ortográfica automática: en inglés, automatic spelling correction.
III. 5. La corrección del texto armado: verificación del estado del texto después de diseñado por el equipo de diseñadores o “maquetadores”. Particularidades de esta etapa muchas veces conflictiva y frustrante en la corrección del texto.
IV. Dónde y adónde
Diferencias y particularidades del lugar donde se realizan las operaciones de corrección y edición: en planta, free lance, en el mismo país donde se halla el “cliente”, en un país distinto.
1. En la propia oficina (o en el domicilio particular), algo común en las tareas free lance.
2. En una casa editorial.
Diferencias, ventajas y desventajas que se presentan según el lugar donde se efectúa la tarea de corrección o revisión, especialmente a la hora de estipular honorarios y evaluar costos de recurso.
3. En el país donde se recibe el trabajo.
4. En un país distinto de donde se trabaja.
Análisis y reflexión de los puntos 3. y 4. en relación con la remuneración y las diferencias del tipo de tarea para desarrollar.
5. El español “neutro”, ¿posibilidad o utopía? Un factor que debe tenerse en cuenta para tomar decisiones según dónde se publicará el libro.
V. Para quién se corrige o edita.
Descripción del perfil de cliente. Interpretación de su demanda respecto del producto final que pretende. Negociación y consenso.
V. 1. Cuando el editor es el intermediario con el cliente: cómo afinar la comunicación para llegar a buenos términos. Discriminación de tareas.
VI. ¿Por cuánto? El factor “remuneración”.
Planteo y soluciones para cotizar un trabajo, tanto en planta como free lance. Consideración de las variables posibles del material para corregir y editar.
VI. 1. Espacio de discusión para pensar en la necesidad de “institucionalizar” la tarea del corrector y del editor de mesa, de modo de no hacer caer los precios de mercado, hoy realmente devaluados, aceptando trabajos mal remunerados; propuestas de acción al respecto; unificación posible de la cotización.
VII. Cómo se corrige, revisa y edita un texto (a veces, también, el propio…).
Llegamos al meollo de este taller. Consideramos que en el proceso de la corrección y edición influyen todos los factores mencionados en ítems anteriores del temario, pues ellos se superponen y no aparecen en una linealidad cronológica sino que se van dando simultáneamente.
Entonces, analizaremos y presentaremos para la práctica ejemplos de cómo se realiza, de la mejor manera posible:
VII. 1. La corrección en papel (original de autor manuscrito, original de autor tipiado, archivos en Word, primera de armado, segunda de armado, control de vegetales y “ferros”, etcétera). Los signos de corrección: cómo hacer que “todos” los entiendan.
VII. 2. La corrección en pantalla: marcas de corrección, uso del control de cambios (ventajas y desventajas de este sistema).
VII. 3. Los recursos de que dispone el corrector, el revisor o el editor.
VII. 3. 1. Bibliográficos: a. El manual de estilo y el libro de estilo; diferencia entre ambos. Libros específicos para temas específicos (de sintaxis, de gramática, de normativa, de ortografía, de ortotipografía, de diseño editorial, de autoedición, etc.). b. Diccionarios normativos y diccionarios de uso; diferencias y empleo. c. Diccionarios ideológicos y de sinónimos. d. Gramáticas descriptivas y gramáticas normativas: diferencias y empleo. e. Diccionarios en otros idiomas: bilingües, monolingües, de slang, glosarios, de campos semánticos específicos.
VII. 4. De la informática: instrumentos que brinda la tecnología de hoy, desde el correo electrónico hasta los nuevos sitios donde es posible “subir” archivos para evitar el congestionamiento de los correos electrónicos, pasando por el control de cambios, Trados y otros programas útiles. El maravilloso (y peligroso) aporte de Google: cómo aprovecharlo sin caer en errores. Los foros y listas de grupos de discusión sobre el español o las lenguas traducidas al español: importancia y efectividad de la comunicación con los pares. Cómo descubrir los mejores sitios.
VII. 5. La Academia: cuestionamiento de algunas de sus resoluciones que fomentan confusión y discrepancias. Las voces que se alzan contra ella. El “soñado” equilibrio.
En esta parte, utilizaremos “material original”, es decir, trabajos “reales” con correcciones “auténticas” para observar los distintos desafíos a los que se ve sometido el corrector: estado del texto presentado a la corrección, detección “temprana” de textos problemáticas, pro y contra de algunos recursos.
También propondremos reproducir, en el ámbito del taller, el proceso que se describe en este temario.
• A quién está orientado: editores de mesa, correctores, correctores de traducciones, traductores, redactores.
• Idioma en el que se dicta: español.
Contacto: silvia.tombesi@fibertel.com.ar; silvine.tombesi@gmail.com
(c) Todos los derechos reservados
Silvia Tombesi & Pablo Valle