Contra lo que esperaba, la primera lectura de mi obra impresa me ha resultado sumamente desagradable. No veo en ella más que las erratas de imprenta, tres o cuatro repeticiones de palabras que me han chocado y una página en la que abundaban los que; en cuanto al resto, era negro y nada más.
(Gustave Flaubert, Madame Bovary,
trad. de Consuelo Berges, Madrid, Alianza, 1981.)
No hay comentarios:
Publicar un comentario